Severo Ochoa de Albornoz (1905-1993),científico de nacionalidad española y desde 1956 también estadounidense. En 1959 fue galardonado con el Premio Nobel de Fisiología o Medicina.
BiografíaFue alumno de Juan Negrín en el laboratorio de Fisiología de la Residencia de Estudianten y se centró en el metabolismo energético, con especial atención a las moléculas fosforiladas. Compartió estudios con el padre Pedro Arrupe, quien le quitaría el Premio Extraordinario. Durante su época en el laboratorio de la Residencia de Estudiantes, Ochoa puso a punto un método para la determinación de la creatinina.
Formación europeaUna vez finalizados los estudios trabajó en varios laboratorios de
Europa (
Berlín,
Londres,
Oxford), entre ellos una estancia en el Instituto de Ciencias Médicas, creado por
Carlos Jiménez Díaz, en Madrid. En esta época trabajó sobre la
química de la contracción muscular, sobre su primera enzima, la
glioxalasa, sobre la
glicolisis, y sobre la
vitamina B1. Después de pasar su primer verano en
Inglaterra, en el laboratorio de Patton, publicó su primer trabajo en
inglés, en
1929, en la prestigiosa revista Journal of Biological Chemistry. En ese mismo año se doctoró.
En
1931 se casó con Carmen García Cobián, y el mismo año es nombrado profesor ayudante de
Juan Negrín, su principal apoyo ante la Junta de Ampliación de Estudios para que completara su formación en el
Reino Unido y
Alemania.
Exilio y éxitoRegresó a Madrid para dejar de nuevo
España al poco tiempo por el clima de enfrentamiento militar y social del inicio de la
Guerra Civil. Pasó por Alemania, luego en el Reino Unido, y en
1940 pasó a afincarse en los
Estados Unidos (1941, Universidad Washington de San Luis; 1945,
Universidad de Nueva York), donde el matrimonio Ochoa se nacionalizó estadounidense en 1956. Por aquellos años había realizado investigaciones sobre
farmacología y
bioquímica, que le valieron la medalla Bewberg (1951).
En
1954, prosiguiendo con sus trabajos sobre la fosforilación oxidativa, descubrió una enzima, la
polinucleótido fosforilasa, capaz de sintetizar in vitro
ARN a partir de ribonucleosidodifosfatos.
En
1955 Ochoa publicó en Journal of the American Chemical Society con la bioquímica francorrusa
Marianne Grunberg-Manago, el aislamiento de una enzima del colibacilo que cataliza la síntesis de ARN, el intermediario entre el
ADN y las
proteínas. Los descubridores llamaron «polinucleótido-fosforilasa» a la enzima, conocida luego como PNPasa, tratándose de una polirribonucleótido nucleotidil-transferasa. El descubrimiento de la polinucleótido fosforilasa dio lugar a la preparación de polinucleótidos sintéticos de distinta composición de bases con los que el grupo de Severo Ochoa, en paralelo con el grupo de
Marshall Nirenberg, llegaron al desciframiento de la clave
genética.
En
1956, el norteamericano
Arthur Kornberg, discípulo de Ochoa, demostró que el ADN se sintetiza igualmente mediante su polimerasa. Ambos compartieron el
Premio Nobel de Fisiología o Medicina en
1959 por sus respectivos hallazgos. Severo Ochoa desempeñó un papel importante en la creación de la Sociedad Española de Bioquímica en
1963, hoy
Sociedad Española de Bioquímica y Biología Molecular y participó posteriormente asidua y activamente en los Congresos de la Sociedad.
A partir de
1964 Severo Ochoa se adentró, por una parte, en los mecanismos de replicación de los virus que tienen ARN como material genético, describiendo las etapas fundamentales del proceso, y, por otra parte, en los mecanismos de síntesis de proteínas, con especial atención al proceso de iniciación, tanto en organismos procarióticos como en eucarióticos, siendo pionero en el descubrimiento de los factores de iniciación de la traducción. España quiso recuperar su magisterio, y al efecto en
1971 se creaba para él en Madrid el
Centro de Biología Molecular. En
1974 se trasladó como Investigador Distinguido al Instituto Roche de Biología Molecular en
Nueva Jersey. Se jubiló en la Universidad de Nueva York en
1975.
Investigación
Su investigación fue polifacética, hizo numerosas e importantes contribuciones en distintos campos de la Bioquímica y la
Biología Molecular. La aportación científica de Severo Ochoa se ha realizado esencialmente a tres niveles.
En primer lugar mediante trabajos de enzimología metabólica con el descubrimiento de dos enzimas, la citrato-sintetasa y la piruvato-deshidrogenasa, que permitieron concluir el conocimiento efectivo del
ciclo de Krebs, y que representa un proceso biológico fundamental en el metabolismo de los seres vivos.
Estudió también la fotosíntesis y el metabolismo de los ácidos grasos.
En segundo lugar Severo Ochoa realiza una serie de trabajos que conducen finalmente a la síntesis del ácido ribonucleico,
ARN, tras el descubrimiento de la enzima polinucleótido-fosforilasa. Este hallazgo le valió, junto a su discípulo
Arthur Kornberg, el premio Nobel de Medicina de 1959.
En tercer lugar la aportación científica de Severo Ochoa se materializa en una serie de trabajos en los que se desarrollan las ideas y los hallazgos anteriores y que se relacionan con el desciframiento del código genético, la biosíntesis intracelular de las proteínas y los aspectos fundamentales de la biología de los
virus.
En una oportunidad, Ochoa dijo una frase que es célebre:
"El amor es la fundición de física y química"